El síndrome piriforme es una afección en la que el músculo piriforme, ubicado en la región de los glúteos, sufre espasmos y causa dolor en los glúteos. El músculo piriforme también puede irritar el nervio ciático cercano y causar dolor, entumecimiento y hormigueo en la parte posterior de la pierna y hasta el pie. Siendo este síndrome una causa de dolor muy poco diagnosticada.
Los síntomas típicos del síndrome piriforme pueden incluir:
– Un dolor sordo en la nalga Dolor en la parte posterior del muslo, la pantorrilla y el pie.
– Dolor al subir escaleras o pendientes
– Aumento del dolor después de estar sentado por mucho tiempo
– Reducción del rango de movimiento de la articulación de la cadera.
Estos síntomas a menudo empeoran después de estar sentado, caminar o correr durante mucho tiempo, y pueden sentirse mejor después de acostarse boca arriba.
El diagnóstico del síndrome del piriforme se basa en una revisión del paciente, un examen físico y posiblemente pruebas de diagnóstico (como radiografías, resonancias magnéticas o pruebas de conducción nerviosa).
El síndrome piriforme a menudo se diagnostica a través de un proceso de descarte de otras posibles afecciones que pueden estar causando los síntomas del paciente, como una hernia de disco lumbar o una disfunción de la articulación sacroilíaca.
El tratamiento para el síndrome del piriforme normalmente incluye medidas físicas como reposo, estiramientos y rehabilitación física acompañado de ingesta de analgésicos, llegando a requerir en pocas ocasiones tratamientos como infiltraciones hasta cirugía.
Dr. Vinicio Rondón.
Traumatología y Ortopedia.
Policlínica Méndez Gimón
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